Finalizada la segunda guerra mundial, los EE UU comenzaron a investigar la alta tecnología que los alemanes habían alcanzado en materia de cohetería.  En 1949, uno de los proyectos más avanzados en este sentido, era el MX981, que consistía en investigar los efectos de la aceleración en el cuerpo humano, con el fin de analizar la posibilidad de tripular uno de estos cohetes.

El Ing. Edward A. Murphy, era uno de los miembros del staff del proyecto MX981, responsable de desarrollar experimentos tendientes a medir el grado de tolerancia a la aceleración de los seres humanos. Su piloto de pruebas, Mayor de la Fuerza Aérea John Paul Stapp era el designado para la misión, sobre el cual Murphy debía colocar y fijar diez y seis acelerómetros alrededor de su cuerpo. Estos costosos sensores cilíndricos, tenían que ser puestos en posición vertical, con una determinada parte hacia arriba (this side up). Días después, el Mayor Stapp tenía que exponer  acerca de las mediciones obtenidas durante el costoso experimento, cosa que no pudo hacer porque los acelerómetros habían sido instalados en su cuerpo en posición inversa a la correcta. Después de este papelón, Murphy se hizo famoso y el buen humor de los norteamericanos lo convirtió en el gestor involuntario de su primera ley: si tienes dos opciones, una correcta y otra incorrecta, siempre se escogerá esta última” o bien “si algo puede salir mal, saldrá mal”. Las leyes de Murphy no fueron originadas por él, pero el humor norteamericano es muy prolífico y a diario nacen “nuevas leyes” que se le atribuyen. En este vasto y ficticio mundo, han surgido teorías, corolarios, conclusiones, etc. de otros personajes de fantasía, que agregan más humor a las sentencias, que abarcan prácticamente todas las actividades humanas. Creemos que estas leyes no solamente poseen gracia, también encierran una gran sabiduría, motivo por el cual pensamos incluirlas en nuestra revista abarcando todo lo relacionado con el vasto mundo de las armas. Esperamos la espontánea colaboración de nuestros lectores para enriquecer esta sección.

SEGURIDAD:

El arma que suponemos descargada, tendrá cartucho en la recámara.

Corolario de Allen: el arma que suponemos cargada, estará descargada.

Todo disparo accidental dará en un blanco indeseado.

El arma que nos entregan supuestamente descargada, estará siempre cargada.

Siempre que nos alcancen un alma, nos apuntarán.

Conclusión de Smith: también nos apuntarán cuando se la entreguen a otro.

RENAR:

Si llevamos el certificado, nos faltará el documento.

Si llevamos el documento, nos faltará la idoneidad.

Si llevamos la idoneidad, nos faltarán los antecedentes.

Si llevamos la idoneidad, el documento, el certificado y los antecedentes: habrán cambiado las disposiciones.